Me han sucedido cosas extrañas e inclusive graciosas, pero está vez quiero hablar de dos ocasiones que fueron similares al ser invisible.

La primera ocasión fue en la noche ya regresando a casa después del trabajo, lo tomé saliendo del metro, como ya era noche pues no pasaba el microbús y opté por tomar el taxi de una base de los mismos.

En el momento que me subí al vehículo, el conductor me preguntó a donde me dirigía, le di instrucciones, en el camino le empecé hacer la plática y me respondía normal como una plática normal, así fue durante 5 u 8 minutos. Una cuadra antes de llegar a la calle se sobre saltó y me volteó a ver como si fuera un fantasma, me comentó que lo espanté que pensaba que no tenía pasaje, yo le comenté que hasta veníamos platicando pero me dijo que no recordaba, al final me dio risa y no le di mucha importancia.

La segunda ocasión que me volví invisible

La segunda ocasión que me sucedió algo similar fue cuando iba de salida de la casa de mi novia, tomé el metrobús y posterior a eso, decidí formarme para tomar un taxi nuevamente en una base de éstos.

Esta vez ya había tomado el mismo taxi que me tocó en ocasiones anteriores y ya había platicado con el conductor, en esta ocasión el conductor me hizo la plática y comenzamos a platicar; hice alrededor como unos 15 o 20 minutos más o menos, al final del recorrido ya no platicamos por que ya estaba cansado y tenía sueño así que yo era medio cortante con la conversación.

Ya casi llegando a casa, el conductor se paso la calle donde debía de dar vuelta, así que le dije: “es aquí” y el conductor me respondió: “disculpa pero pensaba que ya no traía pasaje e iba ya hacia mi casa”.

En las dos ocasiones, los conductores del taxi se les olvidó que iba en el asiento de atrás, probablemente tenga esa habilidad de ser “visible-invisible”, ya saben, esa extraordinaria habilidad de los espías ultra secretos, o lo más seguro que los conductores ya venían muy cansados y estaban haciendo todo por inercia.