Tras el juego de ida donde el PSG había propuesto un excelente juego frente al Barcelona, en el de vuelta el equipo culé remontó lo que convirtió en un juego histórico para el Barça

Para los amantes del deporte el día de ayer fue algo sensacional, ver este tipo de partidos donde lo imposible llega a ser posible, donde realmente se ve la fuerza, el empuje y garra de cada uno de los jugadores no importando el deporte o disciplina, este tipo de situaciones es ejemplo de trabajo y entrega.

Me recordó un poco al partido del Superbowl 51 el cual también será recordado como uno de los mejores Superbowls de la historia y aunque este partido no tuvo tanta importancia como una final, el acto que hizo Barça fue único en su especie.

Llegar de un partido perdido, con una gran diferencia de goles para poder avanzar a la siguiente fase y remontar, muy pocos. El escenario que se pintaba en el Camp Nou era de un partido de proceso, donde solamente existía una pequeña esperanza de muy pocos de hacer lo imposible, que ganara el Barça y pasara a cuartos de final de la Champions.

Pésimo arbitraje ayuda al Barcelona

Lamentablemente el pésimo arbitraje del partido logró ayudar al equipo culé. El trabajo del Alemán Deniz Aytekin opacó el gran partido que tuvo el equipo Culé. Las dos decisiones de la pena máxima para el 3 a 0 y el 5 a 1, lograron manchar el partido y el Barça no dejó de aprovechar estas fallas arbitrales.

Aunque todavía sigue el tema dividido, si fue un robo hacia el PSG o un gran juego por parte del Barça, algo queda claro, el PSG llegó al partido de vuelta diferente, con otra mentalidad y una estrategia que no funcionó a diferencia del partido de ida.